¿Qué es la desnutrición?
La desnutrición se produce cuando hay un desequilibrio energético entre la ingesta nutricional (lo que comemos) y las necesidades del organismo (la energía que el cuerpo necesita para vivir, moverse, respirar, etc.). En caso de malnutrición, el cuerpo no recibe suficientes nutrientes (hidratos de carbono, grasas, proteínas) para funcionar correctamente.
¿Qué puede causar la desnutrición?
- Una ingesta insuficiente, debida a la pérdida de apetito, problemas de deglución, enfermedades neurológicas como el Alzheimer o el Parkinson, que provocan dificultades para alimentarse, etc.
- Una ingesta suficiente, pero el organismo la asimila mal: es lo que se conoce como malabsorción, y puede producirse tras una intervención quirúrgica con resección intestinal, una enfermedad o infección que puede dañar las paredes del intestino, una intolerancia, etc.
- Aumento de las necesidades del organismo, por ejemplo a causa de una enfermedad como el cáncer, la fibrosis quística, una infección, quemaduras, etc.
La desnutrición se manifiesta por una pérdida de peso involuntaria importante y un desgaste muscular, generalmente asociados a la fatiga. Si tiene la más mínima duda sobre su estado nutricional o el de alguien cercano, consulte a un profesional sanitario (médico, farmacéutico, dietista) para que pueda detectar un riesgo potencial de desnutrición y le oriente para mejorar.
¿La desnutrición está relacionada con una enfermedad o un problema de salud concreto?
La desnutrición puede estar vinculada a una enfermedad, a un problema de salud específico o simplemente a la vejez. Desgraciadamente, se trata de una situación relativamente frecuente, por ejemplo, en el caso de las personas mayores hospitalizadas o que regresan del hospital.
La desnutrición suele deberse a un problema de salud más o menos grave, como cáncer, enfermedades crónicas, infecciones, trastornos alimentarios, etc.
Pero también puede deberse a la vejez, y es muy común estar desnutrido cuando se es anciano. Somos menos activos físicamente, nuestros músculos se utilizan menos (lo que puede provocar un desgaste muscular), nuestros gustos cambian, nuestro apetito se reduce, a menudo se asocian patologías… Estos factores pueden provocar una pérdida de peso involuntaria que puede desembocar en desnutrición.
La desnutrición no está vinculada a la falta de recursos, sino que es un estado de salud que puede afectar a cualquier persona, enferma o anciana. El primer paso, si está o cree que puede estar afectado, es ponerse en contacto con su médico.
1 Fuente : SFNEP Société Francophone Nutrition Clinique & Métabolisme